«La unión y la esperanza deben ser el hilo conductor». Discurso de posesión de Hollande
FRANCIA.-

(EL PAÍS)
Un discurso firme, solemne, pensado para refutar la fatalidad, y llamar a los franceses y a los europeos a la esperanza en el futuro. Hollande, consciente de las dificultades, dispuesto a unir al país en torno a los valores republicanos, sin replegarse ni atizar los miedos, ha puesto el acento en la reconciliación.
En estos momentos Hollande y su compañera, Valérie Trierweiler, saludan a los asistentes: Lionel Jospin, Pierre Mauroy, y un saludo especial a Ayrault, su probable próximo primer ministro.
En el discurso destacó los problemas que sufre Francia y Europa, pero afirmó que «No estamos condenados a la fatalidad». Hollande glosó las virtudes del país, y afirmó que su principal tarea será unir a los franceses, sin distinguir orígenes o razas. «Somos Francia, una Francia reunida en una misma comunidad de destino. Afirmaré siempre los princpios del laicismo y lucharé contra el racismo y el antisemitismo», dijo.
«Fijaré las prioridades pero no decidiré todo y por todos», «El parlamento, el Gobierno, la Justicia serán independientes. El poder será ejercido con escrupulosa sobriedad. El Estado será imparcial».
«En Europa nos esperan y nos miran. Necesitamos solidaridad, crecimiento, un nuevo pacto para reducir la deuda con la necesidad de estimular nuestras economías, y acuerdos de comercio que respeten la reciprocidad».
Francia respetará a todos los pueblos y defenderá la libertad, el honor de los oprimidos y la libertad de las mujeres».
Asimismo, Hollande ha prometido la transición ecológica, tecnológica, que los privilegios serán abolidos, que los sueldos exorbitantes serán controlados, y que su prioridad será la juventud y la Educación Nacional, la lucha contra la precariedad.