Egipcios votaron libertad, Hermanos Musulmanes seguirán mandando
OPINIÓN.

MOHAMED ABD EL GHANY (REUTERS)
GIULIANA IPPOLITI. Se me hace difícil no pensar en el Egipto de Cleopatra y las grandes pirámides, en la majestuosidad de su civilización con dotes de avanzada inteligencia, en el ímpetu de esas mujeres que se atrevieron a llevar a la población a protestar contra una dictadura de décadas, hasta que finalmente lograron derrocarla.
Fue esa la primera manifestación por los derechos ciudadanos en manos de los ciudadanos, entre tantas otras que acompañaron a la Primavera Árabe que se suscitó dos años atrás. Y es esta, la primera elección democrática que surge a raíz de esa proclamación de libertad.
No obstante, se ha perdido mucho de la Revolución que una vez movilizó a hombres y mujeres de todos los extractos sociales, ya que la Organización política islamita Los Hermanos Musulmanes, se ha encargado de desviar los principios bases del movimiento histórico.
Las elecciones celebradas el día de hoy son tremendamente significativas para Egipto y para todo el mundo árabe, ya que el primero es considerando un país de absoluta importancia en los vaivenes que rigen los aconteceres de la región.
Desde que fuera depuesto el gobierno casi monárquico de Hosni Mubarak la Junta Militar que asumió el control gubernamental del país, ha tenido que lidiar con el desarrollo progresivo de aconteceres políticos posteriores al derrocamiento. Varias han sido las críticas y protestas en su contra. Sin embargo, para nadie es un secreto que la Junta Militar juega el rol principal de esta historia, y sí, les hablo de las elecciones.
Aunque posiblemente abandonará el poder el 1 de Julio cuando se conozca al ganador definitivo de las elecciones, el papel de la misma es muy fuerte en el país. La junta Militar controla todo, es la que maneja todo y es la que seguirá dominando al Egipto de hoy. El presidente electo será una figura netamente significativa, especialmente porque carecerá de instituciones propiamente constituidas y formalizadas, así como de una Constitución de la República.
Así pues, Egipto que está en manos del poder militar, seguirá estando en sus manos. La diferencia radicará en si el electo presidente es afín o no a estos.
Si uno de los candidatos islamitas ganase, este se vería en la obligación de compaginar el control de la nación junto a los militares. Posiblemente, esto es lo que está buscando el pueblo egipcio. Por otro lado, los candidatos afines a la revolución seguramente intentarán hacer que los militares se retiren del poder permanentemente, para así dejar el mando en el nuevo gobernante; pero aún hoy, se dificulta la posibilidad de consolidación de esta opción.
Lo claro ahora es que, los Hermanos Musulmanes son y serán los controladores del orden político y social en Egipto.
Y sin embargo, a mí todavía se me hace difícil no pensar en Egipto y su democracia batallada.
Bajo la protección del Articulo19 de la Declaración de Derechos Humanos, que estipula: “Todo individuo tiene derecho a la libertad de opinión y expresión; este derecho incluye el de no ser molestado a causa de sus opiniones, el de investigar y recibir informaciones y opiniones, y el de difundirlas, sin limitación de fronteras, por cualquier medio de expresión”. Declaración Universal de los Derechos Humanos; Asamblea General de la ONU el 10.12.1948.