44 Millones De Refugiados

OPINIÓN. 

La cantidad de personas desplazadas violentamente de sus hogares por conflictos o persecuciones ha alcanzado su nivel máximo en dieciséis años.

Steve McCurry

GIULIANA IPPOLITI.  “Me gustaría fotografiarte” cuentan que dijo el famoso fotógrafo Steve McCurry dirigiendo su atención a la pequeña  niña de ojos tan impactantes como las translucidas aguas del mar de las Islas Seychelles mientras se unifican con las verdosas algas marinas. En aquél entonces, transcurrían los días de guerra contra la invasión Soviética en la Afganistán de 1984, y la niña que poco conocía del idioma inglés, había caminado cientos de kilómetros -de conflicto, persecución, muerte, hambruna y resentimiento- hasta el campamento de refugiados Nasir Bagh en Pakistán.

Un año después, la fotografía de su rostro fue publicada en la portada de la revista National Geographic  y, debido a la inigualable capacidad expresiva de su mirada, “La niña afgana” –como fue llamada- se convirtió en el símbolo de todos los refugiados a nivel mundial, eludiendo las palabras que desde el silencio gritaban miedo, dolor y desesperanza.

 En la actualidad, existen 44 millones de personas que como ella, han recorrido largas distancias huyendo del peligro inminente, para procurar salvar sus vidas. Por ello, en víspera de la conmemoración del Día Mundial del Refugiado (20 de Junio) he querido plasmar la historia de millones que solo unos cuantos conocen.

Antes que nada, intentemos responder las siguientes interrogantes: ¿Qué sucede cuando usted siente que su vida está en riesgo? Huye. ¿Hacia dónde? Un lugar seguro. ¿Con qué objetivo? Alejarse de las zonas en peligro.

Para la ACNUR (organismo de la ONU encargado de proteger a los refugiados y desplazados) un refugiado – condición otorgada por el país receptor – es una persona que huye de su país a causa de un temor fundado o de persecución por motivos de raza (Como en Bosnia), religión (El Tíbet), nacionalidad (Kosovo), opinión política (Timor Oriental) o pertenencia a una etnia (Ruanda) o grupo social determinado (Siria).

Pero existe también la figura del “desplazado”, que son aquellas personas que huyen pero dentro de las fronteras que delimitan su patria, lo cual, evidentemente suma más números a esta tragedia que ha asumido proporciones épicas.

El concepto de Refugiado emergió durante los periodos post Guerras Mundiales (1950), a raíz de las situaciones de gravísima profundidad como la persecución y asesinato de judíos, gitanos, homosexuales, entre otros, durante el devastador mandato de Adolfo Hitler.

Con el pasar de los años, el concepto ha experimentado variaciones en la práctica –más no en la teoría- por razones de tiempo, espacio o simplemente por la evolución de los modelos belicistas. Sin embargo, su fundamentación sigue vigente en un mundo donde los civiles atrapados en medio del torbellino de violencia son el  objetivo preferido de los combatientes, y donde las principales trabas las interponen los Estados receptores, que abrumados por la migración obligada, devuelven a las personas a sus países de origen a pesar de que existen leyes para impedirlo debido al inminente peligro que corren las personas en esa situación.

Los conflictos más importantes luego de la Guerra Fría tácitamente han generado grandes cantidades de refugiados, y me gustaría nombrar algunos casos: Hungría (1956) 200 mil personas, Mozambique (1962) 5 millones, Biafra-Nigeria (1968) 4 millones, Irak (2003) 4,2 millones, Ruanda (1994) 2 millones, Darfur-Sudán. (2005) 2 millones y Pakistán (2010) 1,5 millones.

En la actualidad, las nuevas crisis son casi tan comunes como respirar, y pareciera además, que se multiplican como una epidemia maligna. Los recientes periodos de inestabilidad en Costa de Marfil, Malí, Sudan del Sur, Egipto, Túnez, Yemen, Libia y Siria, así lo constatan.

Por otro lado, están también los conflictos de vieja data que al parecer tienen un mal sostenido común, los refugiados. Afganistán (5 millones de refugiados desde 1985), El Congo (2 millones) y Somalia (1 millón), con más de 20 años de  combates cada uno, son ejemplos de ello.

Siempre se ha criticado la profunda brecha que separa al derecho referido a este fenómeno que pareciera no tener solución; No obstante, sin la existencia del basamento legal y si la idea de protección no hubiera sido tomada en aquél momento, esta situación que de por sí es bastante espantosa, sería mucho más lamentable.

Por este motivo, a quienes luchan desde la intemperie y con vientos en contra para ayudar a los vulnerados, se les debe ovacionar de pie.

A La ACNUR

A la Cruz Roja Internacional

Y  todas esas personas cuyos nombres no conocemos

Gracias.

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