Literatura: Pequeños episodios
LITERATURA
AUTOR: David Colina Gómez.
“Colección Cada Día un Libro
República Bolivariana de Venezuela.
Ministerio Popular Para la Cultura.
Fundación editorial el Perro y la Rana.
http://www.elperroylarana.gob.ve
Pequeños Episodios.
David Colina Gómez”
_____________________________________________________
Pequeños Episodios.
«Carlos amaba a Lorena porque era bella, sincera y alegre y tenía un agradable empleo y un perro pequeñito que saltaba, feliz, al verla. Luis amaba a Lorena porque era su novia y todos lo felicitaban por eso. Lorena amaba su dicha y daba gracias a Dios por ésta, comprando al efecto una esmerada edición de los salmos para dedicarle loas de un modo, digamos, técnico y aseado.
Carlos miraba, triste, a Lorena y hablaba con ella de su imposible amor mientras Luis asistía a la universidad. Una tarde Lorena estuvo embarazada de Luis y Carlos la felicitó, a su pesar y le regaló un popular libro para las madres primerizas, con más de cuatro millones de copias vendidas en los Estados Unidos. Lorena lloró de rabia, idiota, porque entendía que era el final de su dicha y lanzó sus salmos a los cerdos, en un acto que tuvo mucho de exorcismo y poco de materialismo.
Luis llegó agitado y salieron con prisa; Carlos les dio algo de dinero. Llegaron a la clínica que estaba junto al puente y allí le extrajeron a Lorena la contrariedad de sus entrañas con una aspiradora enorme y fría. El médico se puso sus gafas y con un espléndido bolígrafo extendió el reposo domiciliario, enfermedades propias de la mujer, que Luis llevó con apuro al patrón de Lorena, previa conformación por ante el Instituto Venezolano de los Seguros Sociales. Lorena estuvo en su casa dos semanas.
¿Qué pensará la gente?, se preguntaba Lorena mientras lavaba su cara y sus manos con jabón antibacterial; el agua lava las penas y las calles cuando llueve, decía Luis con la mejor intención y reían, muy bajito. Y otra tarde Lorena salió de su casa, mirando el suelo sucio como por primera vez. Oyó su nombre y era la gente que la llamaba y la quería, pobre niña enferma. Lorena dio gracias a todos y compró una Biblia entera. Esperaba ansiosa la llegada del futuro; Carlos la amó más que nunca, fue inevitable».
_____________________________________________________________________________
David Colina Gómez.
Escritor venezolano (San Cristóbal, Táchira, 1973). Abogado graduado en la Universidad Católica del Táchira (1995), trabaja en la Contraloría Municipal de San Cristóbal desde 1997. Textos suyos han aparecido en el periódico estudiantil Fuerza y Avance y en la revista literaria Sujeto Almado, así como en diversos medios digitales. Es miembro fundador del Taller Literario Libélula y fue jurado en la parte literaria del Concurso La Voz del Torbes (Táriba). Con su cuento “De los inconvenientes del escepticismo pertinaz” obtuvo el primer premio del concurso Iniciantes 2005, convocado por la Gobernación del Estado Táchira. Ha publicado el libro de relatos Pequeños episodios (El Perro y la Rana, 2007).