Opinión: ¡Las islas Senkaku son mías!
OPINIÓN.
Por Gabriela Oliveira*
Las islas poseen una gran importancia estratégica debido a su proximidad, importantes rutas comerciales, grandes recursos pesqueros y yacimientos petrolíferos.
Las relaciones sino–japonesas se caracterizan por estar repletas de disputas históricas. Desde innumerables guerras, invasiones y tropiezos diplomáticos, dos de los gigantes de Asia Pacífico se tratan con desconfianza y mucho cuidado.
China y Japón pueden describirse como dos enemigos que a pesar de no estar en guerra son muy cautelosos el uno con el otro, siempre pendiente de cada paso o movimiento. La modernización militar de China alarma a Japón y a su vez el posible rearme japonés causa pánico en Beijing. Por lo tanto, las relaciones bilaterales entre estos dos países es una montaña rusa de situaciones que ponen en alerta a toda la región de Asia Pacífico.
Ahora bien, el más reciente conflicto entre China y Japón es a causa de unas islas localizadas en el Océano Pacífico con una superficie de 7 km2, las cuales han resultado ser la manzana de la discordia en las relaciones sino–japonesas. Aparentemente inhóspitas, las islas Senkaku en japonés o Diaoyutai en chino, de acuerdo con la versión nipona, han estado bajo soberanía japonesa desde 1895 formando parte de las islas Nansei Shoto (también conocidas como islas Ryukyu), que hoy en día constituyen la prefectura de Okinawa. No obstante, tanto China como Taiwán las reclaman como territorio nacional.
Después de la Segunda Guerra Mundial, Japón cedió todos los territorios conquistados de acuerdo con el Tratado de San Francisco y las islas Senkaku quedaron en fideicomiso de Estados Unidos bajo el Tratado de Nansei Shoto, las cuales fueron devueltas a Japón en 1971.
En este sentido, Tokio afirma que China nunca cuestionó el Tratado de San Francisco y que sólo con el descubrimiento de reservas de petróleo en los años 70 el interés de China y Taiwán por las islas surgió.
Sin embargo, China asegura que las islas han estado bajo su soberanía desde hace cientos de años y que las mismas constituyen una importante reserva pesquera administrada en ese entonces por la provincia de Taiwán. Beijing afirma que cuando Taiwán le fue devuelta después de la Segunda Guerra Mundial, Japón tuvo que haber hecho lo mismo con las islas Senkaku / Diaoyutai, pero el líder del Kuomintang, Chiang Kai-Shek, no planteó el tema de las islas a los Estados Unidos.
Si bien nos pudiera parecer poco relevante el conflicto por las islas Senkaku / Diaoyutai, en el contexto de las relaciones en Asia Pacífico resulta ser muy importante, en vista que actualmente la región se encuentra bajo una tensa calma, en donde cualquier problema podría desencadenar, si bien no un enfrentamiento directo, una situación de alta tensión.
Para nadie es un secreto que la vacante dejada por los Estados Unidos ha resultado de gran interés para varios países asiáticos, dentro de los cuales China y Japón anhelan ocupar el lugar de “gran hermano” en la región. Es por ello que cada vez se ve más el protagonismo por parte de Beijing y Tokio en lo asuntos que aquejan a Asia Pacífico, por lo que el conflicto por las Senkaku / Diaoyutai no será la excepción.
Ambos países no pueden “dar su brazo a torcer” en vista de lo que está en juego: el liderazgo. El crecimiento chino le ha conferido un lugar especial y de prestigio en los foros regionales e internacionales, por lo que ceder en la lucha por un territorio con importantes recursos no parece una opción válida. Por su parte, no nos encontramos ante un Japón sumiso y obediente que se encuentra debajo del ala de los Estados Unidos, hoy en día Japón busca hacerse un nombre más allá de adelantos tecnológicos y anime, buscando posicionarse como una potencia fuerte ante el resto de sus vecinos, en especial con la constante amenaza norcoreana tocándole a la puerta.
17/Septiembre/2012.
*Gabriela Oliveira es Licenciada en Estudios Internacionales (USM), posee un Diplomado en Estudios Avanzados de Derechos Humanos con Mención Acceso a la Justicia.