Danzas africanas, danzas de corazón
ESPECIAL.
FACTOR INTERNACIONAL (CARACAS)/MA.- Energía y sabor, espíritu y emoción, se conectan para honrar al Dios de la tierra, del agua, del aire o el que sienta tu corazón.
La alegría y el honor de mover cada parte del cuerpo y expresar la cultura de toda una región… África, hermosa tierra que entre guerras y violaciones aguarda el amor, la entrega cultural y el mayor ejemplo que grita a todo pulmón que en esta tierra se baile con el alma, se baila desde adentro, mostrando que el humano es espíritu y sabor.
Los parajes y expresiones humanas se preparan para cubrir de sentimiento la vista de quien observa con determinación el hecho, listos entonces para sumergirse en la locura africana, en el olor a sudor que solo los tambores puede dejar. ¡Arrójate a la danza Africana! Descubre a través de la línea de este especial ese mundo que ante tus ojos puedes hallar…
Se inicia la búsqueda del ritmo africano con la Fiesta de Sanké mon, el reflejo más claro de un Malí con miras más allá de un conflicto armado. Es un Patrimonio Cultural Inmaterial de la Unesco, según el nombramiento realizado en el año 2009, cuando se reconoció las actividades que inician la segundo jueves del séptimo mes lunar, conmemorando la fundación de la ciudad.
La Fiesta de Sanké mon se llevan a cabo en la ciudad de San, situada en la región de Segu, en Malí y responde al rito de pesca colectiva, pues el sacrificio de gallos y cabras es el detonar de la festividad, ofrendas a los principales espíritus que cuidan del pueblo son enaltecidos, ejecutando una pesca colectiva que dura quince horas y se efectúa con redes de mallas gruesas y finas.
Culminada la pesca, los bailarines buwa de San y comunidad de pueblos cercanos se reunen para presentar una coreografía con máscaras, atuendos tradicionales y tocados con sombreros adornados de cauris y plumas.
Marca el inicio de la temporada lluviosa, de la tradición artesanal y de los valores africanos, aunque en los últimos años se ha perdido la rigurosidad del mismo por los problemas políticos, la ignorancia de la historia e importancia de esta tradición, la disminución paulatina del número de participantes, los accidentes ocurridos durante las celebraciones y el deterioro de la laguna de Sanké, una respuesta de la naturaleza a las actividades ambientales humanas.
El culto a la virginidad, el miedo a perder la «flor»… danza del «junco»
Entre Sudáfrica y Mozambique queda Suazilandia, una nación sin salida al mar. Su Rey, Mswati III, reconocido por tener un gran número de esposas, que sobrepasa las 10, es exaltado y respetado por los habitantes.
El padre de Mswati III, Sobhuza, que reinó durante 61 años, se casó con 125 mujeres durante su mandato.
En esta tierra tiene lugar el baile del «junco», un evento cultural donde alrededor de 30.000 jóvenes bailan y cantan ante el rey semi-desnudas, intentando conquistar la atención del líder para llegar a ser su esposa.
Todos los hombres de Suazilandia acuden rápidamente a esta presentación, pues por lo menos una vez en su vida, la mujer debe presentarse ahí y rendirle culto a la feminidad y a la virginidad. Al inicio de su creación, se pretendía que ésta fuera una presentación oficial de la fémina virgen con la edad necesaria para casarse, pero actualmente se ha ido perdiendo estos parámetros.
Jóvenes que entre machetes, antorchas o escudos guerreros; y cañas (juncos) de tres o cuatro metros que han recogido en los últimos días, vestidas tradicionalmente de colores amarillo, rojo y azul, resaltando su bandera, rinden culto al Rey, quien al día anterior manda a buscar a la seleccionada a su casa para ser llevada al palacio real. Posteriormente quedará como concubina del monarca hasta ser fecundada, demostrando su fertilidad para poder casarse, de no ocurrir esto, será considerada impura.
«La gente más hermosa del mundo», la danza de la geerewol
Los Wodaabe, una población ubicada en el sur del Sahara Sahel estepa-sur en Níger, África del Oeste, no suele tener uniones matrimoniales con personajes distintos a su grupo, conservando la pureza de su cultura.
Se auto-consideran las personas más hermosas del mundo, afirmando ser los primeros en crear los concursos de belleza.
Personajes sumamente interesantes que dentro su historia cultural, destacan la danza del geerewol, donde los hombres más bellos solo tienen derecho a participar. Se pintan la cara de color rojo y llevan un apretado envoltorio blanco envolviendo las rodillas, collares de cuentas blancas cruzando el pecho desnudo, turbantes de plumas de avestruz y caracoles.
Durante dos horas se alinean cantando, bailando y mostrando su altura, expresiones faciales y movimientos graciosos o particulares. Quienes reemplazan sus plumas de avestruz con pelos de la cola de caballo son aquellos que han avanzado de nivel y tienen la posibilidad de ser escogidos por tres de las jóvenes más bellas de la comunidad, escogidas por los ancianos.
El mayor reconocimiento es la dosis de orgullo individual y la admiración de hombres y mujeres.
El masculino ideal es quien posea agilidad, extremidades largas, movimientos elegantes, altura, pelo lacio perfectamente trenzado en un bello estilo, la piel brillante y suave. Una nariz fina, labios delgados, ojos brillantes, los dientes blancos y una cara alargada son deseables. Una frente alta, dedos largos, ojos grandes y un cuello largo son ideales.
Fuente: sinbarreras.obolog.com/ MundoDanza.com
22/Febrero/2013. 19:25 hrs.