La esclavitud infantil está muy cerca de nuestras vidas
UZBEKISTÁN.
Niños son sacados de las escuelas para cosechar el llamado oro blanco, el recurso más importante en Uzbekistán.
En el mundo la crítica al trabajo forzado a menores de edad es una discusión muy común, buscamos razones para que alguien obligue a niños a lucrarse monetariamente en beneficio de, por lo general, alguien más. Pero no nos detenemos a pensar que tal vez los artículos más comunes en nuestra vida están, confeccionados o parten del trabajo de un menos de edad, quien por lo general vive situaciones desprovistas de derechos humanos.
Partiendo de este punto podemos nombrar algunos trabajos realizados por niños para organizaciones importantes como Apple, Levi´s, Addidas, Nike, pero hay otras empresas que aunque crean sus prendas de vestir mediante mano de obra calificada y bien pagada, acceden a materia prima de países que utilizan a jóvenes y niños como fuerza motora para la cosecha.
Tal es el caso de Uzbekistán, país de Asia central limita al noroeste con Kazajistán, al sur con Afganistán, perteneció a la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas hasta su desintegración en 1991; donde a pesar de existir una constitución que determina la separación de los poderes, el poder en realidad lo ejerce en su totalidad el ejecutivo que ha permanecido dirigido por la misma persona desde la independencia de esa nación, Islom Karímov.
Quien ha establecido un régimen de trabajo forzado y obligatorio a todos los niños de 6 a 18 años, para cultivar el algodón, principal fuente de recursos monetarios en esa nación. Se obliga a abandonar las escuelas en época de cosecha y permanecer en los campos de trabajo hasta terminar la temporada de algodón.
No es posible oponerse a este hecho atroz, ya que se persigue con ferocidad a quienes se atreven a negarse ir a estos trabajos, o no quieran enviar a sus hijos a trabajar en vez de permanecer en las escuela, incluso podrían perder sus cupos en las escuelas.
La persecución es de tal intensidad, que también son obligados a trabajar en los campos de algodón a los trabajadores del sector público y privado a participar en la cosecha de la preciada materia prima, de no hacerlo corren el riesgo de ser despedidos de sus puestos de trabajo.
Diversos grupos defensores de los derechos humanos han intentado observar las condiciones en las que permanecen en estas labores los jóvenes e infantes, pero se les ha prohibido el acceso a cualquier zona de agricultura, así lo indica Steve Swerdlow, del Centro de investigación de Asia para Human Rights Watch, asimismo utilizan fuertes medidas de revisión para evitar el ingreso de cámaras o teléfonos celulares y de esta manera mantener el secreto de lo que allí en verdad sucede.
El gobierno de Uzbekistán, niega utilizar niños en los campos de trabajo, indican que sólo laboran a voluntad propia personas mayores de 15 años, pero ninguna organización ha podido constatar que estas condiciones y características sucedan en realidad.
La comunidad internacional ante la realidad a atroz que atraviesan los Uzbekos, ha conminado a más de 130 empresas textiles a dejar de trabajar con el algodón proveniente de esa nación, pero aún existen corporaciones textiles que mantienen la adquisición de la materia prima, tal es el caso de la Corporación Zara que mantiene sus compras al país asiático a pesar del uso de la esclavitud infantil.
Aunque pensamos que estos datos no afectan nuestra cotidianidad, es probable que el sweater de navidad 100% algodón, provenga de Uzbekistán. Debemos concientizar que aunque nosotros no obligamos a estos niños a trabajar, mantenemos la economía por la cual ellos reciben recursos por el llamado oro blanco.
11/Marzo/2013. – 13:54 hrs.